miércoles, 17 de febrero de 2010

LA TABLA DEL DOS.

Siguiendo con las reglas no escritas del periodismo de agencia, siempre es de mala educación el rechazar una invitación a comer con un colega. Carolina lo sabía y aunque no, le habría sido imposible el no aceptar una cena conmigo, obviamente ella no sabía nada de mi gusto por Aranza y si acaso lo sospechaba, aplicaría la primera enmienda. Por mucha fidelidad que se tuviera con la propia empresa, siempre, siempre había que aceptar los encuentros con homólogos de otras compañías.

Por mucho que Carolina muriera de ganas porque ahora sí cogiéramos, no podía tampoco desaprovechar la oportunidad de hablar con una reportera de otra empresa, una reportera de campo que era el siguiente paso en el escalón para Carolina.

Muchas fantasías se agolpaban en mi cabeza, pero llegué a la cena sin un plan establecido. No quería arruinar las cosas pues hace un par de años, Déborah y yo intentamos realizar un trío con una chica de su trabajo. Lo planeamos todo con antelación, incluso los tiempos e intenciones de nuestros diálogos y no funcionó. En esa ocasión éramos dos seduciendo a una y nodio resultado. Ahora era yo solo seduciendo a dos mujeres que ni siquiera sabían de mis intenciones. Sería divertido, la sola idea hacía retumbar mi entrepierna.

Aranza se sorprendió al verme llegar del brazo de Carolina al restaurante, sin embargo no dijo nada. A pesar de llevar un vestido corto y ligero, Aranza no se intimidó ante la falda vaporosa y el pesado abrigo de mi acompañante, al contrario, se levantó al vernos y a ella la saludó con toda la cortesía del mundo; a mí, presionando sus pechos duros y redondos contra el mío; y dándome un beso a tres milímetros de la boca.

Había elegido una mesa redonda. Presenté a ambas reporteras y comenzaron a hablar entre ellas, yo solamente las observaba y me imaginaba entre las piernas de Carolina y entre los pechos de Aranza. Por la ubicación que había anticipado, quedamos sentados como en un triángulo, equidistantes uno del otro. Fue conveniente.

En un momento, la punta de mis dedos alcanzaron la orilla de la falda de Carolina que dio un respingo, a la vez, Aranza dio otro brinquito y sus pechos se bambolearon deliciosamente. Pocos segundos después, una mano proveniente del lado de Aranza alcanzaba mi entrepierna. En sus ojos se veía el deseo y no solamente por lo que me estaba haciendo.

Al parecer, Carolina estaba haciendo su parte ...

7 comentarios:

NN dijo...

valgame, suertudote ¡ para ser que ahora si te va a hacer.

Saludos ¡

jess dijo...

BINGO!

El threesome es una experiencia súper innovadora.

... Siempre y cuando sean dos nenas y un hombre, jaja!

Pillín!

Anónimo dijo...

no soporto tu escrito y a jess

Jo dijo...

record;e mis tres en la cama... claro hay cosas que a mi me estorban además de la ropa, sin ser mojigata o pecar de espantada a mi aunque me gusta la variedad prefiero no hacer fiesta
soy celosa de ello y prefiero mi exclusividad en la habitación entre el y yo

aunque... el tercero puede ser algun juguetito...



ya lo dijiste

las quieres todas

Jo dijo...

de tanto multiplicar se me antojo.

http://cuentaletras.blogspot.com/2008/12/tres-en-la-cama.html

Anónimo dijo...

sin duda Jess es taaaaaaaaaaaan boba que no puede fingirlo

ya vi su blog

Sophie dijo...

Suena bien, muy bien

Y ya que estoy de regreso y me he leído lo atrasado, muero por saber que pasó. No tardes.

Besos, guapo